martes, 5 de septiembre de 2017

Maullido en un bar a la medianoche


Saul J. Telpalo
(Ilustración proporcionada por el autor)






“Ahí cuando éramos jóvenes…”
Decía el poeta a su gata,
“…y la luna nos acariciaba…”
él le decía y ella lo miraba.
“Donde entre sombras me besaste
aún te espero con calma.
Pero qué poco pesan esta noche
las pisadas de mi alma.
Y el claro de la luna
ignora mis miradas.”
El poeta seguía y su gata maullaba.
“Ahí cuando éramos jóvenes.
Cuando soñé que me amabas”.

                     ***
Un gato canta para los borrachos
Y para su esperanza perdida.
Llora con la voz del niño
que yace en ellos sin vida.
Ahí en su apestado murmullo
el poeta los mira.
Ahí es donde los escribe,
dibuja su rostro entre la tinta.
Aquel arrepentimiento suyo
que a un príncipe dictan.
Aquel sollozo infantil
que los gatos imitan.
Pues es ahí donde lloran juntos:
El poeta y los borrachos
los gatos y la vida.

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